Una de las misiones de la asociación She Oak es acoger y acompañar a las mujeres y parejas que vienen a Barcelona para someterse a tratamientos de reproducción asistida: les ofrecemos consejos prácticos y ayuda para organizar su estancia, les damos la bienvenida en Barcelona y una vez aquí, les orientamos hacia los mejores profesionales para apoyarlos en el proceso (terapias naturales como la acupuntura, la osteopatía, apoyo emocional o simplemente un buen masaje para relajarse).
Cada año, miles de europeos vienen a España para someterse a tratamientos de reproducción asistida: en 2015, se han realizado en España 12.070 ciclos de reproducción asistida para no residentes, de los cuales el 42,4 % eran franceses y 23,2 % italianos. *
A las dificultades del proceso (tanto desde el punto de vista físico como psicológico), se suman entonces las complicaciones de un tratamiento en el extranjero: lo desconocido, la logística, la gestión de las ausencias en el trabajo, la falta de conocimiento de los médicos y de los terapeutas locales, la barrera de la lengua, la soledad, etc.
Muchos franceses vienen a España para una donación de ovocitos (listas de espera de varios años en Francia), para una FIV con diagnóstico genético de los embriones (limitado en Francia a las personas con enfermedad hereditaria grave), para la auto-conservation de ovocitos (limitada en Francia a mujeres con una enfermedad presentando un riesgo para su fertilidad) o para una inseminación o FIV con donante de semen (prohibido en Francia para mujeres solteras o parejas lesbianas).
Muchas parejas también recurren a clínicas españolas porque el sistema médico francés simplemente ya no se hacen cargo de ellos. Es el caso de Solenn, que aceptó compartir su historia con nosotros.
* Fuente: Registro Nacional de Actividad 2015 – Registro SEF (Sociedad Española de Fertilidad)
1 / Solenn, gracias por aceptar contarnos tu historia. Primero, cuéntanos un poco tu recorrido y donde estás ahora.
Mi marido y yo llevamos casi 9 años queriendo tener un bebé. Los primeros 5 años, lo dejamos en manos de la naturaleza. Pero los años pasaron y a los 35 años, entendí que necesitaríamos ayuda. Recuerdo darme cuenta en este momento que el viaje sería difícil: estaba lejos de imaginar las montañas rusas que nos esperaban…
Después de 3 inseminaciones y 4 FIV en 3 años en París, mi ginecólogo nos dijo que ya no podía hacer nada por nosotros. Desilusionados y un poco perdidos, pedimos su opinión a la responsable del laboratorio, quien nos recomendó ir a USA (donde cuesta 40.000 €) o a España, donde las técnicas son más exhaustivas y donde se puede hacer un diagnóstico genético de los embriones para comprobar la calidad del material genético antes de la transferencia.
Antes de decidirnos por esta vía (que necesitaba reunir nuestros ahorros), pedimos consejo a mi naturópata, especializada en maternidad. Ella estaba totalmente de acuerdo con la recomendación de irnos a España, y me puso en contacto con Stephanie, de la asociación She Oak.
En She Oak nos dieron una cálida bienvenida y nos tranquilizaron mucho sobre los protocolos en España… Estamos ahora en contacto con el equipo de médicos francófonos de una clínica de Barcelona, para un último protocolo en curso…
2 / ¿Qué es, en tu opinión, lo más difícil de vivir?
Sorprendentemente, lo más difícil no es la pesadez de los tratamientos, pincharse cada día, las visitas a la clínica cada 2 días, o la conciliación de todo esto con una vida profesional y amorosa…
No. Lo más difícil es la falta de apoyo de los médicos. No quiero culparlos, somos tantas parejas con problemas, pero nos volvemos números…
En París, he dejado no sé cuántos mensajes a la asistente de mi ginecólogo, me volvía a llamar sólo cuando lo podía. Y una vez agotados todos los intentos cubiertos por la Seguridad Social en Francia, no nos dieron ninguna información sobre las alternativas (protocolos en el extranjero, o donación de ovocitos, por ejemplo).
Con nuestra clínica en Barcelona, el seguimiento no es muy diferente: los contactos se hacen sólo por correo electrónico con una asistente, los médicos cambian cada vez, o no nos reconocen, etc.
Eso es para mí lo más difícil: me hubiera gustado más apoyo, empatía y comprensión de parte de los médicos.
3 / ¿A qué apoyo adicional has recurrido a lo largo de este recorrido? (a nivel psicológico y fisiológico)
He conocido a muchos terapeutas en los últimos 4 años. Todos me han ayudado a su manera, en épocas diferentes: psicólogo, hypnoterapeuta, magnetizador, osteópata, acupuntor especializado en fertilidad, naturópatas, shiatsu, reflexólogo, masajes de todo tipo y yoga.
No me arrepiento: todos estos acompañantes me han cuidado y ayudado como si fuera su propia lucha.
Hoy me apoyo en 3 o 4 personas que ahora son casi como amigos, incluyendo a Stephanie de la asociación She Oak.
Obviamente, el recorrido en Barcelona complica las cosas. Las sesiones de acupuntura, por ejemplo, deben hacerse el mismo día de la transferencia embrionaria: no se pueden hacer en París. Por suerte, She Oak se ocupa de todo: ¡encontrar los mejores terapeutas en Barcelona y organizar las citas! También propone masajes relajantes que permiten bajar la presión durante el protocolo.
Yo creo que cada uno tiene que encontrar lo que mejor le funciona, pero para mí la mejor combinación para vivir esta aventura con serenidad es:
– un acompañamiento psicológico (¡como si se tratara de prepararse para una maratón!),
– masajes para reconectar con el cuerpo y relajar la mente,
– sesiones de acupuntura para ayudar a la producción de buenos folículos y a la implantación del embrión.
4 / ¿Qué es lo que más te ayudó?
Ser apoyada por gente generosa, disponible, y que entienden mi deseo de continuar.
Lo que me ha ayudado mucho también es el apoyo de personas que pasaron por las mismas dificultades, como Stephanie en Barcelona, o mi coach de fertilidad en Francia.
Estas personas me ayudaron a ver lo positivo, a valorar los progresos que pude hacer en paralelo en mi trabajo, o en mi relación con la vida y con los demás. Me permitieron también volver a conectar con mi cuerpo, vivir el momento y dejar de querer controlarlo todo. Y por último me ayudaron a estar orgullosa de mí – en vez de sentirme anormal por no poder quedarme embarazada de manera natural, como la mayoría de las mujeres.
5 / ¿En qué te ayudó tener el apoyo de la asociación She Oak?
Desde el primer contacto, la asociación nos ayudó muchísimo. Primero porque supieron informarnos sobre el dispositivo médico en España y las diferencias de protocolo con Francia, y tranquilizarnos sobre la reputación de la clínica que nos había sido indicada.
Luego, porque nos encontramos mi marido y yo en otro país, en una cuidad desconocida, con otra lengua, fuera de nuestra zona de confort.
Que cómodo fue tener a la asociación She Oak para ayudarnos en el alojamiento, ponernos en contacto con terapeutas especializados (acupuntor, masajista) e informarnos sobre hoteles y lugares de relax – para hacer que nuestra estancia sea algo más festiva y no se limite a temas médicos.
Y qué alegría saber que, cada vez que aterrizamos en el aeropuerto de Barcelona, tenemos a una persona de corazón que siempre estará allí para guiarnos, ayudarnos y darnos la bienvenida.
En Paris, todos los transfers de embriones se hicieron con lagrimas y miedo. En Barcelona, gracias al acompañamiento de She Oak, el transfer se hizo de manera mucho más relajada, y hasta nos reimos!!
De verdad, es un apoyo extraordinario para alguien que, como yo, llega agotada por un largo y difícil proceso en Francia, y necesita más energía, confianza y serenidad para la última línea recta.
6 / ¿Cuáles serían tus principales recomendaciones a una persona que inicia un proceso de reproducción asistida?
Mi primer consejo sería de no calcular, no pensar en «cuándo por fin esté embarazada» – sino más bien estar en el «¿cómo puedo vivir esta aventura de la mejor manera posible? «.
El recorrido puede ser largo y estresante. A menudo nos olvidamos de que, para dar la vida, hay que estar bien en su cuerpo y en su cabeza. En mi opinión, es imprescindible permitirse momentos de bienestar, sola pero también con su pareja, porque para él también es difícil.
Es cierto, los masajes y las sesiones de acupuntura son gastos adicionales, pero realmente valen la pena. Nuestro cuerpo está sujeto a mucha tensión, fatiga y productos químicos en alta dosis: se merece una ayuda para relajarse y detoxificarse durante esta maratón.
Mi último consejo sería hablar del proceso y de sus dificultades: es verdad que el tema es todavía un poco tabú, pero no se puede guardar todo este dolor para sí mismo, hay que abrirse.